No somos freelances, somos Knowmads…

Acabo de leer este artículo sobre el crecimiento de los freelances y profesionales especializados que trabajan por proyectos para diferentes empresas. Es verdad que la tecnología está favoreciendo la aparición de este tipo de profesionales, también llamados Knowmads, que se caracterizan por no tener ni espacio físico, ni oficinas, por ser especialistas en cualquiera de los múltiples campos de la tecnología y que saben aprovechar las herramientas de teletrabajo y telecomunicaciones que actualmente hay en el mercado.

En mi modesta opinión, y encuadrándome de antemano en este perfil profesional, esto es una herramienta de doble filo. Cierto es que las nuevas generaciones, al contrario de las anteriores que se basaban fundamentalmente en lo pecuniario a la hora de fichar por tal o cual empresa, tienen el tiempo como uno de los elementos cruciales para quedarse en un empleo. Pero también es cierto que ese tiempo tan preciado que sirve para tu desarrollo personal queda seriamente comprometido cuando vives de lo que actualmente en el sector de la comunicación es la unidad de medida, el o los proyectos. Un Knowmad vive de proyectos. También hay otros proyectos que emplean el fee recurrente que permite un flujo de tesorería constante, pero la mayoría son proyectos. Y si enganchas un proyecto tras otro fantástico, pero si entre un proyecto y otro hay un espacio libre que no rellenas, tu tesorería cruje más que las crucetas de los barcos de la Armada Invencible. Y para rematar la jugada un Knowmad suele trabajar (como casi todos) con unos tiempos de entrega que son exageradamente cortos, lo cual provoca que ese tiempo personal quede atrapado por el tiempo profesional. Sí, trabajas desde cualquier sitio y te desenvuelves en Slack o Trello como pez en el agua, pero es trabajo y trabajo al fin y al cabo.to!

Hoy leo una noticia en La Opinión sobre la próxima Maratón de Málaga, que se celebrará el 10 de diciembre y cuenta ya con 2.000 inscritos, muchos de ellos extranjeros que acuden alentados por el estuOtra derivada del auge de los Knowmads es si el mercado no esta encubriendo con ellos uno de los grandes problemas que actualmente existen, la falta de contratación. Bien por edad o bien porque la industria de la comunicación está en un proceso de reconversión permanente provocada por esa tecnología de la que felizmente disfrutamos los Knowmads, el caso es que a veces ese idílico arquetipo de profesional sin ataduras de ningún tipo (y reconozco que la libertad es cierta) esconde a muchos supervivientes. De todas las edades, los que han salido del mercado por su edad a pesar del expertise y los que nunca han entrado porque nunca les han dado la oportunidad de un empleo estable y han preferido hacerse navegantes solitarios sin más ley que la de comer y disfrutar todos los días sin ningún tipo de ataduras.

Y según voy leyendo, pienso ¿cómo que “el maratón”?, ¿pero no se decía “la maratón”?. Y rápidamente, sin poder evitarlo, tecleo en mi barra de navegación: la maratón o el maratón, Fundéu. Y ahí tengo la respuesta: “la palabra maratón ha variado en las últimas cuatro ediciones del DRAE”. Y ya que estoy sigo leyendo, y me voy enterando de que en 1970 el término era femenino, en 1884 aparece como masculino aunque se indica que a veces es femenino, en 2001 lo califican como sustantivo masculino, aunque al final de la definición añaden que también se puede emplear en feA lo que voy es que no es tan bonito el ecosistema del Knowmad tal y como nos lo venden los medios y ciertas administraciones. Y lo que es peor, que no todo el mundo vale para vivir en un ecosistema inestable por naturaleza, con mil y una amenazas y en la que el sobresalto está a la orden del día. Probablemente es el precio que tenemos que pagar por nuestra libertad y nuestra especialización.

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